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Conceptos básicos sobre cerámica armada en arquitectura.

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Qué necesitas saber para diseñar de forma óptima un jardín vertical.

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Un diseño moderno en la enterna ciudad del amor.

Humedades de condensación 5

Un problema complejo que solemos encontrar en edificos mal ventilados.

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miércoles, 21 de mayo de 2008

Da Vinci

Leonardo no fue un hombre culto al estilo de su época: no aprendió latín y no era el prototipo de humanista, llamándose a sí mismo "hombre sin letras", por lo que era ignorado por los estudiosos contemporáneos. Tampoco dominaba el álgebra, por lo que resulta excesivo considerarlo un matemático. Sin embargo, hoy en día aún sorprenden sus trabajos sobre ingeniería, los pájaros, el vuelo y otras áreas que suscitaron su insaciable curiosidad.

Registraba con minuciosidad sus elucubraciones sobre temas técnicos y científicos. Combinaba en ellas perfectamente el arte con la ciencia para representar de la mejor manera posible la materialización de sus ideas. Con cierto afán críptico, como si no quisiera desvelar del todo sus descubrimientos, Leonardo escribía de derecha a izquierda todos sus diarios, utilizando la llamada escritura especular, por ser zurdo, de manera que de no tener costumbre, para poder leer sus escritos, había que utilizar un espejo.

Dotado de una aguda capacidad de observación, su aproximación a la ciencia nunca destacó por sus explicaciones teóricas ni por recurrir a experimentos; en cambio, para comprender los fenómenos que le interesaban los describía y dibujada hasta sus últimos detalles; planeando realizar una gran enciclopedia basada en detallados dibujos de todo lo conocido.

Relativamente pocos de sus diseños fueron construidos o eran posibles en vida del autor.[16]


Hombre de Vitruvio
Estudios de embriones, hacia 1510-1513, pluma sobre tiza roja, 30,5 cm. × 20 cm., Biblioteca Real, Castillo de Windsor
Un diseño para una máquina voladora.Sus detallados estudios de la anatomía son quizá más impresionantes que sus trabajos pictóricos. La formación de Leonardo en la anatomía del cuerpo humano comenzó durante su aprendizaje con Andrea del Verrocchio, pues este maestro insistía en que todos sus alumnos aprendieran anatomía. Como artista, rápidamente se hizo maestro de anatomía topográfica, dibujando muchos estudios de músculos, tendones y otros rasgos anatómicos visibles; igualmente, dibujó el corazón y el sistema vascular, los órganos sexuales, y otros órganos internos. Hizo uno de los primeros dibujos científicos de un feto in utero.

Como artista de éxito, obtuvo permiso para diseccionar cadáveres humanos en el Hospital de Santa Maria Nuova en Florencia y más tarde en hospitales de Milán y Roma. Produjo muchos dibujos anatómicos extremadamente detallados. El ejemplo más destacado es el Hombre de Vitruvio (h. 1490), estudio de las proporciones humanas basado en el tratado recién descubierto del arquitecto romano Marco Vitruvio.


Estudio anatómico del brazo.De 1510 a 1511 colaboró en sus estudios con el doctor Marcantonio della Torre y juntos prepararon un trabajo teórico sobre la anatomía para la que Leonardo hizo más de 200 dibujos. Se publicó sólo en 1680 (161 años después de su muerte) con el título de Tratado sobre la pintura.

Igualmente estudió y dibujó la anatomía de muchos otros animales. Diseccionó vacas, pájaros, monos, osos, y ranas, comparando en sus dibujos su estructura anatómica con la de los humanos. Hizo también una serie de estudios de caballos.

Como artista, Leonardo observó atentamente y documentó los efectos de la edad y de la emoción humana sobre la fisiología, estudiando en particular los efectos de la ira. También dibujó muchos modelos de personas con significativas deformidades faciales o signos de enfermedad.

Sus notas contienen dibujos de numerosas innovaciones como diversas máquinas para volar, incluido un artefacto parecido el helicóptero. El 3 de enero de 1496 ensayó una de sus máquinas para volar sin éxito. Estudió o prefiguró armas de fuego, tanques armados, el esnórquel de buceo, el paracaídas, un submarino y un dispositivo con engranajes que se cree era una máquina para calcular.

En 1502 Leonardo proyectó un puente de 240 m de luz que formaba parte de un proyecto de construcción para el Sultán Bayaceto II de Constantinopla. La obra jamás se realizó, sin embargo, en 2001, la idea se resucitó para la construcción de un puente más pequeño en Noruega basado en el diseño de Leonardo.

Además hizo certeras observaciones sobre diversos restos de fósiles.

Leonardo nunca publicó o distribuyó los contenidos de sus manuscritos que permanecieron inéditos hasta el siglo XIX cuando pudieron conocerse sus contribuciones al desarrollo técnico y científico. Por esta razón L. Sprague de Camp le considera no como el primer ingeniero moderno, sino como el último de los ingenieros de la antigüedad, haciendo notar que tras la época de Leonardo se formalizó la publicación de los descubrimientos científicos. Sus contribuciones a otras artes, por ejemplo la escultura, y a ciencias como ingeniería, mecánica, física, biología, arquitectura, anatomía, geología y matemáticas fue decisiva. Considera a estas últimas como la llave de la naturaleza. Aunque su obra conocida en esta especialidad no está escrita con suficiente rigor ni los resultados obtenidos fueron decisivos en aquel momento, merece, sin embargo, ser considerado en la historia del pensamiento matemático universal por sus prodigiosas intuiciones, en particular, las de carácter geométrico. Algunas de ellas se plasmaron en realidades en los siglos posteriores.

A
"Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo."
"Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte."
"Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad destruye el intelecto."
"Aunque el ingenio humano pueda crear invenciones varias que, por la ayuda de varias máquinas respondiendo al mismo fin, nunca producirá ninguna invención más bella, ni más simple, ni más apropiada que las que hace la Naturaleza; por que en sus invenciones nada falta, ni nada es superfluo, y [la Naturaleza] no necesita contrapeso cuando crea miembros apropiados para el movimiento en los cuerpos de los animales."
De su XIV libro de notas.

C
"Cuando la fortuna viene, tómala a mansalva y por delante, pues por detrás es calva."
"Cuando trates con el agua consulta primero la práctica, y luego la teoría."

D
"Donde hay más sensibilidad, allí es más fuerte el martirio."

E
"El amor entre hombres es mas puro de todos."
"El hombre es en verdad el rey de todos los animales, pues su crueldad sobrepasa a la de estos. Vivimos de la muerte de otros. ¡Somos tumbas andantes!. Llegará el día en que los hombres serán juzgados por la muerte de un animal como hoy se juzga el asesinato de un hombre. Llegará el tiempo en que comer carne será condenado como hoy se condena el comerse a nuestros semejantes, es decir, el canibalismo."
"El que no valora la vida no se la merece."
"El ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real."
"Dirán que por no ser yo un hombre de letras, no puedo expresar bien lo que deseo tratar. Pero ellos no saben que mis cosas han de ser tomadas, más que de las palabras ajenas, de la experiencia, que es la maestra de quien bien escribe, y como tal la tomo como maestra, y en todos los casos la alegaré"

H
"He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido."

L
"La pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega."
"La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte."
"La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte halles algo que aprender."
"La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable."
"La sabiduría es hija de la experiencia."
"La desigualdad es el origen de todos los movimientos locales."
"Los que se enamoran de la práctica sin la teoría son como los pilotos sin timón ni brújula, que nunca podrán saber a dónde van."

M
"Mediocre alumno el que no sobrepasa a su maestro."
"Mientras pensaba que estaba aprendiendo a vivir, he aprendido cómo morir."
"Muchas personas, después de haber encontrado el bien, buscan todavía, y encuentran el mal."

N
"No se puede poseer mayor gobierno, ni menor, que el de uno mismo."
"Nuestras mayores tonterías pueden ser muy sabias."
"No hay certeza en la ciencia si no se puede aplicar una de las ciencias matemáticas".

Q
"Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz."
"Quien piensa poco, se equivoca mucho."
"Quien no castiga el mal, ordena que se haga."

R
"Reprende al amigo en secreto y alábalo en público."

S
"Si un hombre es perseverante, aunque sea duro de entendimiento, se hará inteligente; y aunque sea débil se transformará en fuerte."
"Si es posible, se debe hacer reír hasta a los muertos."
"Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre."

T
"Todo lo que hay de bello en el hombre pasa y no dura."

U

"Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al Cielo, porque ya has estado allí y allí deseas volver."
"Una obra de arte nunca se termina, solo se abandona."

V
"Verdaderamente, el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos."

Y
"Yo seguiré"
"Yo renuncié a comer carne cuando era joven y llegará el tiempo en que los hombres condenarán, como yo, al asesino de animales del mismo modo como se condena al asesino de hombres".

domingo, 18 de mayo de 2008

La ciencia y dios

Por Leonardo Moledo
Yo, Galileo, florentino, de setenta años de edad (...) arrodillado ante vosotros, los Reverendísimos Señores Cardenales Inquisidores, luego de que me fuera intimado por el Santo Oficio...

“¿Qué tiene la ciencia con Dios?” se preguntaba José Pablo Feinmann en este mismo lugar, tal vez un poco atónito ante el costo del supercolisionador de partículas que se llevó consigo la friolera de 40 mil millones de euros y que estará dedicado a buscar el “bosón de Higgs”. La asociación de ideas se disparó por el hecho de que León Lederman (Premio Nobel de física en 1988 por haber encontrado el quark “top”) llamó al dichoso y esquivo bosón la “partícula divina” en un libro de divulgación.
En realidad, no parece que a esta altura del partido la ciencia tenga demasiados problemas con los dioses de las diversas religiones monoteístas, como no los tiene con Zeus o con Amón-Ra, aunque es posible que entre los científicos occidentales subsista cierta molestia y un, creo yo, justificado rencor asociado a las diversas persecuciones que sufrieron los científicos por parte del cristianismo, que van desde la quema de Giordano Bruno en 1600 en Campo dei Fiore, pasan por el juicio a Galileo (que tuvo, entre otros “efectos colaterales”, el que Descartes se abstuviera de publicar muchos de sus resultados) y siguen con el molesto papel de la Inquisición que hoy, con otro nombre, Congregación para la Defensa de la Fe (que el papa Ratzinger presidió durante mucho tiempo) se cansó de poner, sacar y volver a poner libros en el Index. Sin olvidar tampoco los problemas suscitados por la Teoría de la Evolución, que mueven todavía hoy a la extrema, reaccionaria y religiosa derecha norteamericana a pedir que se saque de los programas de estudio, a inventar “una ciencia cristiana” y el “diseño inteligente”.

...a efectos de que debería abandonar para siempre la falsa opinión de que el Sol se halla en el centro del mundo e inmóvil y que la Tierra no es el centro del mundo y se mueve...

La verdad es que, a la luz de la historia de los últimos 400 años, parecería que es dios quien tiene problemas con la ciencia, lo cual, dicho sea de paso, es bastante lógico: a pesar de que la mayoría de los científicos, por lo menos hasta el siglo XIX, fueron fieles creyentes (la gran excepción fue Darwin, que hacia el fin de su vida se proclamaba francamente ateo, aunque igualmente fue sepultado en la Abadía de Westminster), a medida que las teorías científicas avanzaban y se volvían más complejas, las habilidades divinas parecían diverger más y más del quehacer de los investigadores, por lo menos si uno se atiene a sus actividades en la Biblia: es muy difícil imaginarse a dios mezclado con neutrones, protones, quarks, chips o genes que, es de suponer, excederían por completo su capacidad. Bastante contento debería estar con que un científico se avenga a denominar “divina” a la partícula última de la naturaleza (si es que existe) del mismo modo que debería alegrarse de que la Historia del tiempo, el best seller de Hawking, termine diciendo que si tuviéramos una Teoría del Todo “podríamos leer la mente de Dios”. Esto es, de perdurar, aunque sólo sea como recuerdo, en la metáfora.

...con todo mi corazón y fe sincera abjuro, maldigo y detesto los predichos errores...

También ocurre que las teorías científicas actuales no muestran ninguna preocupación por ser coherentes con la religión, como sí lo hacían las de los siglos XVI, XVII y XVIII. Newton requería la acción divina para mantener siempre activa la fuerza de gravitación, Hutton –que sin embargo fue acusado de ateísmo– elaboró sus hipótesis geológicas justamente porque no aceptaba que un dios bondadoso pusiera en riesgo el futuro del planeta como, sostenía, lo hacían las teorías anteriores, y así. Esta honorable preocupación de coherencia religiosa desapareció hacia fines del siglo XIX, barrida en gran medida por la Teoría de la Evolución, que ofrece obstáculos insalvables al mito de la creación divina y no es raro que, por ejemplo, en los manuales que la Provincia de Buenos Aires está repartiendo en las escuelas, cuando se habla de las distintas concepciones sobre el Hombre (así, con mayúscula), no se mencione a Darwin, seguramente para no herir la fina sensibilidad de los colegios católicos. Ni se nombra a Freud, dicho sea de paso.

...y juro que en adelante no diré ni aseguraré verbalmente o por escrito nada capaz de propalar, más, sabiendo de alguna cosa herética o de persona sospechosa de herejías, lo denunciaré ante este Santo Oficio...

“La razón científica a menudo se arrogó el derecho de decidir de qué se puede estar seguro, relegando como indignas otras formas de conocimiento, y que la ciencia no ilumina”, decía el finado papa Juan Pablo II, en una carta dirigida a la reunión de la Amistad entre los Pueblos, reduciendo a la astronomía, la geología, la biología, la física, la química et caetera a la modesta función de una lamparita.

Lo cierto es que una de las derivaciones de la ya alicaída modernidad fue arrastrar a buena parte del pensamiento a posiciones anticientíficas y oscurantistas (con el viejo cuento de la multiplicidad y equivalencia de relatos). Posición peligrosa, en especial en un país “en vías de desarrollo”, para utilizar el elegante eufemismo, que necesita de la ciencia y de la técnica para salir adelante.

...Y en caso de que contravenga cualquiera de estas promesas o juramentos, me someto a todas las penas establecidas y promulgadas en los cánones sagrados y otras constituciones generales o particulares, contra tales delincuentes.
Galileo Galilei, 22 de junio de 1633.