lunes, 8 de septiembre de 2008

tanatorio municipal de León



Arquitectos: Jordi Badia y Joseph


León • Jordi Badia + Josep Val • Proyecto 1997 • Construcción 2001 • 3.200 m2 • 1.803.000 €


Lugares de despedida, recogimiento, contemplación. Espacios íntimos y fríos. La arquitectura funeraria es expresión de nuestra relación con la muerte. Arquitectura en la queda difuminada la muerte, se distrae a los vivos de la realidad de que un día se muere y se amortigua la dureza de acompañar el tránsito del cuerpo inerte por los rituales previos a la inhumación.

La imagen arquetípica de la muerte y del alma parece adquirir su mayor intensidad en aquellos proyectos en los que arquitectura y naturaleza se funden, en una especie de indescriptible intercambio de energías o eso le ocurre al tanatorio municipal de León


Situación
El tanatorio se encuentra a unos 200 metros del recién premiado MUSAC y a unos 400 del auditorio de león (obra también de Tuñón y Mansilla) Situado delante de una gran zona verde, demasiado cerca de un barrio residencial, el edificio se entierra bajo un estanque de agua para integrarse en el entorno natural y facilitar su relación con las viviendas vecinas. Se plantea como una “tumba de tumbas”, esto lleva a una construcción enterrada, integrándose así con el entorno y facilitando la relación con las viviendas. Mediante una rampa, la gente va dejando progresivamente los ruidos mundanos para entrar en un mundo mas tranquilo, mas apropiado con la ceremonia que se avecina.

Los patios agujerean la cubierta iluminando los velatorios del interior, escondiendo el exterior de miradas extrañas que junto con los cinco lucernarios iluminan la capilla. La forma en V de los pilares acentuan la sensación de enterramiento y da magnificencia al edificio.

Las salas de vigilia se iluminan naturalmente a través de unos patios con agua que sugieren recogimiento y privacidad.

Materiales

Se utiliza la madera para conseguir calidez, y el negro que se utiliza en muchos lugares como símbolo de luto y respeto, en el hormigón se utiliza árido de Boñar relacionándolo así con el color del resto de monumentos de piedra Boñar de León. Cade destacar siendo a su vez uno de esos edificios que sigue el “less is more” de Mies.


Relación con el entorno

La sala de espera se abre a un gran talud de hiedra y abedules y se caracteriza con madera barnizada, grandes alfombras e iluminación indirecta para potenciar su aspecto confortable.

Quizás del proyecto cabe destacar su cubierta, refleja el magnífico cielo de León como alegoría de la muerte y la iluminación que nos hace adentrarnos en un mundo paralelo donde el tiempo y la vida se han eternizado.



5 comentarios:

Muy buena pagina, las fotos son buenisimas,saludos.

http://siempreobras.blogspot.com

Hola Irene
Gracias por tu visita a mi blog y por tu comentario...
Yo no sé qué comentarte aquí! no entiendo nada de arquitectura!
Un besazo

Oye, pedazo de Post que has hecho,¿me dejas poner un link en mi blog?

Me ha gustado tanto tu blog, que voy a poner un link. Si te parece mal me lo dices y lo quito.

Recuerdo haber visto este proyecto en alguna insufrible clase teórica de proyectos. Recuerdo que era una clase de exposiciones individuales donde un compañero comparó este edificio con las también insufribles teorías de fractales de Steven Holl (Los fractales, Steven Holl y otras cosas de meter).

Lo único que puedo decir en favor de ese edificio es que cumple perfectamente la función de recordarnos a todos nuestro destino último. Otra cosa es la búsqueda de intimidad, qué menos que un edificio de este tipo se recoja hacia dentro y no se convierta en un morboso escaparate del dolor y la tristeza ajenos.