viernes, 6 de abril de 2012

La disolución del espacio, el espacio virtual

Llevo ya unos meses haciendo un estudio sobre Tokio. Desde mi punto de vista Tokio se presenta por antonomasia como una ciudad imagen. Yo diría más bien que calidoscópica. Es obvio si entendemos Tokio como una o la mayor urbe actual, lugar donde viven y trabajan millones de personas. Si entendemos que esas personas además son cada uno un mundo podemos entender un poco más esta ciudad.

Desde pequeños los chicos se ven obligados a vivir inmersos en unas estrictas normas, atabiados a diario con su uniforme escolar y rodeados de hormigón gris y el frío acero. Ellos reaccionan a tal opresión a través de su propio físico. Es aquí donde empieza a verse la importancia que le dan a las marcas y sobre todo a la tecnología pudiendo incluso pasar más de 3 horas para conseguir el aspectos deseado. Si entendemos a estos chicos como los típicos quincieañeros entenderemos también su necesidad de socializar y de divertirse. Las formas más populares de diversión en Tokio son el karaoke privado entre los amigos, el foto matón, el alcohol y los conocidos como cibers cafes que en muchas ocasiones se convierten en improvisados y sobre todo baratos hoteles  para las personas que pierden el último tren.

La forma de quedar de esta sociedad suele ser a través de los foros, ellos viven en la era de la tecnología, de la apariencias y del espectáculo. Todo se representa  de forma teatral ante un público anónimo. Se pasa del antiguo Ágora romano al foro e hilos de internet, se hacen quedadas llamadas cosplay y algunos incluso llegan a aislarse tanto que pasan años sin salir de sus "minicasas" conocidos como ikikomori. El concepto de casa toma una nueva lectura, 15m2 pueden convertirse en un mundo paralelo donde evadirse del paro, de la apatía y sobre todo de la realidad.

En la era digital las relaciones sociales cambian drasticamente, la información también aunque no necesariamente estamos mejor informados y los espacios se diluyen. Nos reaccionamos a través de las redes sociales como Facebook y Twitter, donde incluso se pueden hacer sus propios grupos de opinión, quedadas a nivel mundial y aparecen conceptos como los instant spaces. La antigua plaza de pueblo se pasa a foros y blogs. Si lo analizamos desde el punto de la información las conocidas aulas pasan a ser aulas inteligentes. El buzón de correos de toda la vida pasa a ser llamado "email", la biblioteca podría ser la "wikipedia" y las cafeterías son los cibers cafés. Esta disolución del espacio va incluso más aya, ya no tienes que ir a la tienda puesto que tienes tiendas online e incluso si quieres saber cómo te quedaría un vestido también existen los probadores online. Así como las visitas virtuales a los museos más famosos. Ha habido algún momento que he llegado a entender a los otakus más extremos.

El último descubrimiento y el culpable de este post es el coro digital, podría explicaros de que va y que seáis vosotros mismos quienes lo veáis. Espero que os guste tanto como a mí.












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