viernes, 16 de abril de 2010

La disolución de la ciudad



Acontecimientos recientes me han hecho plantearme ciertos temas como la seguridad de nuestro hogar y los que requerimientos de las personas que habitan ese lugar. Cuando habitamos un lugar buscamos un espacio que nos proteja del exterior, una piel que nos envuelva y nos aisle pero qué requisitos tiene que tener esa piel.



Las personas buscamos espacios cerrados y a la vez abiertos, una casa que nos proteja pero con ventanas y a ser posible con jardines. Por supuesto esta contradicción no queda sólo en el ámbito del hogar y se acaba trasladando a la ciudad. Cuando pensamos en la ciudad siempre exigimos grandes espacios verdes, espacios abiertos donde relacionarnos, espacios que nos subgestionen y nos motiven para realizar actividades de ocio y cultura.




Esa delgada línea que une el hogar con la ciudad y que no se suele concebir como conceptos diferentes sino que suelen estar ligados estrechamente el uno y el otro, ciudad-vivienda.



Si analizamos el ámbito del hogar podemos encontrar diferentes tipos de cerramientos más o menos permeables como son los diferentes tipos de rejas (estas últimas de larga tradición en nuestro país y forman parte de nuestra cultura) comúnmente colocadas en la planta primera de cualquier casa y cuya función no es la de soporte de los geranios sino proteger de los intrusos.
Algo que me parece primordial a la hora de la elección es tener en cuenta que se evite intrusos pero a la vez se permita salir a las personas en caso de incendio por lo que ese descartan este tipo de rejas



Otros factores a tener en cuenta son quizás incluso más sutiles y casi imprescindibles como pueden ser la iluminación de nuestra vivienda, las cortinas, los vidrios elegidos, etc. Una vivienda bien iluminada puede tener sus ventajas y sus inconvenientes, ser un punto de atención pero al mismo tiempo una buena iluminación de las zonas exteriores o de ciertas habitaciones puede evitar que entren en nuestro hogar al estar demasiado "expuesto". La domótica en estos casos se presenta como nuestra aliada al brindarnos la posibilidad de controlar la cantidad de luz y las horas en que permanecen encendidas ciertas luminarias. Incluso un buen sistema de vigilancia puede permitirnos controlar a cualquier hora del día y de forma directa las diferentes zonas de nuestro edificio.

Trasladándonos al plano de la ciudad, la forma de diferenciar los espacios cerrados de los abiertos cambia bastante. Quizás haya que hacer un inciso para recordar las enseñanzas de los grandes arquitectos contemporáneos como Wright o Le Corbusier, en sus teorías de cómo diseñar ciudad que hasta hace poco me parecían demasiado utópicas está la base para intentar construir una ciudad en la que el diseño arquitectónico añada orden a la sociedad que la habita. La arquitectura ordenará sutilmente los espacios y las relaciones que se establezcan entre esas personas, controlando en medida de lo posible esas relaciones y los futuros desarrollos, cosa que dicho así suena a un imposible puesto que la ciudad es un ente cambiante y cada vez lo hace a una mayor velocidad.


¿Qué es entonces lo que puede hacer el arquitecto? Creo que llegados a este punto el control del espacio público o mejor dicho, del espacio donde se establecen esas relaciones sociales se hace imprescindible. El diseño de los espacios abiertos se presenta como un reto al arquitecto. Debemos diseñar espacios en los cuales durante el día se puedan establecer esas conexiones y a la vez evitar la invasión y la destrucción de ese espacio durante la noche. Permitir diferentes grados de intimidad dentro de ese espacio valiéndonos de los materiales e instrumentos que tengamos a nuestra disposición. El poder jugar un niño es un parque, unos ancianos disfrutar de un atardecer o unos compañeros de sus copas en el kiosco pueden ser algunos de esos ejemplos. Quizás si digo esto no se me entienda pero los proyectos de landart en este caso pueden ser la base sobre la que se experimente y se consigan soluciones hasta ahora no utilizadas que permitan esa permeabilidad de espacios y a la vez la división de los mismos. El uso del color, de la iluminación, de los cerramientos o del pavimento será la clave para resolverlo.
Como muestra de ello paso a dejar algunos de esos ejemplos y pasaré a desarrollar posteriormente el caso de la plaza actualmente.


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