Hacía tiempo que no escribía porque me están pasando muchas cosas y cada día
ando más liada. La verdad que las horas del día dan para lo que dan y no más
pero hace poco encontré esta pequeña joya de hotel y me he animado a escribir y
compartir las fotos que tengo.
Situado en el extrarradio de París, un poco lejos para mi gusto, pero no
mucho en el distrito 11. Este antiguo taller, hoy hotel de estilo industrial destaca
por varias cosas. De tamaño pequeño pero encantador, los dueños se han
decantado por un estilo claramente industrial. De esa elección lo que
destacaría es que además de escoger el mobiliario de ese estilo, también han
elegido muchos elementos coloridos y eso es lo que hace que claramente destaque
entre el resto de hoteles parisinos casi todos de colores anodinos. Claramente
orientado a gente joven que pasa unos días en París y que tiene ganas de vivir
a tope la experiencia.
Hace poco leí que cuando se viaja no hay que ser turista, sino viajero.
Comer lo que se come allí, vivir como la gente de allí, ser parisino. Su
ubicación creo que permite que seas ese viajero que toma un café con un crep cerca
de la Torre Eiffel o visitar el museo de Orsay en un día de lluvia, hacerte una
foto en la pirámide del Louvre antes de entrar a ver todas esas obras de
diferentes estilos que tiene y con suerte cenar en uno de sus maravillosos
restaurantes en los que el camarero intenta hablar a duras penas contigo en
inglés, sin saber si es inglés o mimo lo que estás haciendo en ese momento.
La fachada da una imagen robusta con su basamento en negro, letras doradas y
las plantas en color blanco. Es una perfecta imagen de presentación de cara a
la ciudad. Contrariamente el interior es una mezcla muy chic, la definen
algunos, de brillos plateados del metal, colores oscuros de las paredes y una
mezcla de colores vibrantes que encuentras en sillas, sillones y cuadros de la
recepción y el lobby.
Lo que se consigue con todo estos es tener diferentes atmósferas, muy
agradables al descanso y para la lectura que invitan a pasar la tarde tomando
un café o echar una agradable charla con los amigos mientras se toma un
desayuno continental.
Las habitaciones que más me gustan son las que se les ha colocado un papel
texturizado en 3d con ladrillos impresos, rematados con la madera que hace de
cabecero y esa mezcla sutil de colores del dormitorio. El armario es “demasiado
industrial” comparado con todo el hotel para mi gusto, formado de tablones que
parecen reciclados (pero que no lo son) y un baño que no tiene nada de industrial
en tonos muy oscuros y con baldosas hidráulicas adornando la ducha.
Para los hedonistas el hotel dispone de una sauna marroquí con tratamientos, sala con gimnasio y máquinas para
hacer ejercicio y un bufé desayuno “a la francesa” además de un bar
autoservicio para los estómagos más voraces.
Os dejo unas imágenes del hotel de las que espero os gusten tanto como a mí.
¿qué os parece este tipo de hoteles? ¿Les veis futuro en una ciudad como París?
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