domingo, 11 de enero de 2009

Centro Innova Gandia. Eisseman

Peter Eisenman, uno de los arquitectos más polémicos y reconocidos del mundo, va a firmar en Gandia uno de sus proyectos. Esta semana visitó Gandia para mostrar sus ideas sobre el futuro edificio Innova de la Universidad. Eisenman es un hombre accesible, con pinta de intelectual bonachón, que sabe explicarse con claridad porque está acostumbrado a enseñar a sus alumnos sus trasgresoras teorías sobre arquitectura.


-¿Usted pregona que la arquitectura debe ser perturbadora?
-La arquitectura tiene que provocar preguntas. La gente debe preguntarse ante un proyecto arquitectónico acerca del significado de la vida. Borromini construyó una iglesia que provocó una nueva idea de templo y le dio una nueva función. La filosofía, la música y la poesía también han hecho eso a lo largo de la historia y la arquitectura es un arte más.


-También sostiene que la arquitectura actual es pobre.
-Estamos siendo testigos del final del capitalismo. Vemos como los estados se apropian de los bancos, del mercado y eso ya no es capitalismo. Por eso la idea de capitalismo no se puede sostener. Dentro de ese ciclo que está en su momento descendente también se encuentra la arquitectura. Por ese motivo la arquitectura actual es pobre y no provoca preguntas.


-¿Entonces su obra también se enmarca dentro de ese calificativo de pobre?
-Me atrevo a decir que mi estilo es tardío. Cada periodo tiene su fase tardía y creo que estoy en ella. Beethoven perteneció al estilo tardío de su época por eso nadie lo entendía, y sin embargo, fue precursor e inspirador de músicos posteriores.


-¿Refleja la arquitectura lo que ocurre en la sociedad?
-Estamos en un momento complicado donde las máquinas están sustituyendo al hombre, la seguridad se ha convertido en fundamental (hace referencia a la destrucción de las torres gemelas de Nueva York). Y sí, la arquitectura refleja lo que está ocurriendo en este periodo. La avangarde dejo de tener sentido con la caída del comunismo y en la actualidad también se está produciendo una situación social cíclica similar.


-¿Qué responde a los intelectuales que afirman que su arquitectura tiene poca utilidad?
-La gente vive en mis edificios y es feliz, también en el estadio que he construido. La Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, que está actualmente en construcción, está concebida según las necesidades de la ciudad. Lo que no podemos hacer es repetir las palabras del pasado. Ciudades como Bilbao han logrado cambiar radicalmente su imagen con un edificio y aquí es donde se aprecia la importancia de la arquitectura.


-Gandia está preparando un nuevo plan de ordenación urbana ¿Qué consejo daría usted a la ciudad?
-No se puede derribar la trama urbana y construirla de nuevo. Eso puede ocurrir en ciudades prácticamente destruidas como Berlín. Pero en el caso de Gandia creo que es muy acertada la idea de construir edificios singulares y distribuirlas por distintos puntos de la ciudad, eso es muy positivo.


-Usted tiene amigos arquitectos en España ¿Qué opina de la arquitectura española?
-Rafael Moneo, amigo mío, es uno de los grandes arquitectos actuales. También Patxi Mangado y muchos arquitectos jóvenes. Creo que España está dando una gran oportunidad a la arquitectura y eso se observa en publicaciones prestigiosas a nivel internacional.


-¿Cómo ha surgido la idea para el centro Innova de Gandia?
-En un primer momento, llama la atención que el espacio donde va a ser construido está a caballo entre la trama urbana de la playa y otra más orgánica que es la del marjal. Ambas tienen su propio ADN con características especiales. Lo que hemos hecho es fusionar ambas tramas (la reticular de la playa y la orgánica del marjal) sobre el solar donde se va a construir el centro. A partir de esta idea surgen una serie de líneas sobre las que hemos ido trabajando. Después de realizar entre 30 y 40 pequeñas maquetas sobre diferentes ideas extraídas de la trama resultante, hemos optado por un conjunto de cuatro edificios que respetan esa trama primigenia y que giran en torno a una gran plaza, que a su vez, está conectada con otras plazas secundarias.


-¿Le sorprende que, sin saberlo, haya recreado una forma de construcción típica de Gandia?
-Sí porque a lo largo de esta semana que he estado visitando el palacio ducal o la misma plaza del Ayuntamiento con su plaza trasera he percibido que es típico de la ciudad la confluencia de espacios abiertos con cerrados.


-¿Qué materiales va emplear para la construcción?
- Resulta difícil compaginar los materiales con los que está construido todo el campus de Gandia puesto que un edificio es de caravista roja y el otro es de hormigón. Cada edificio tiene que tener su propio carácter e intentar fundir la caravista con el hormigón sería algo así como querer mezclar un caballo y un cerdo. Yo me inclino más por la piedra local que es como marrón. Cuando el concejal Fernando Mut me preguntó por el material que iba a utilizar cogí una piedra del suelo y le dije que ese era el elegido.


-¿Qué utilidad tendrán los edificios?
-Cada uno tendrá un cometido. El principal estará destinado a la investigación, pero habrá otro dedicado a la administración y un tercero para usos sociales. En el diseño también será importante la integración entre los edificios de la universidad y los edificios de apartamentos de muchas más alturas que están ubicados alrededor. Y por supuesto habrá que tener en cuenta la conexión con el tráfico, el agua que corre en la acequia de la parcela y la biblioteca.


-¿Cuándo tiene previsto volver a Gandia?
-Ahora va a comenzar el proceso para el diseño propiamente de todo el conjunto en el que habrá una parcela construida de unos 5.000 metros cuadrados y el resto será totalmente abierto y verde. Calculo que en tres meses estaré de vuelta en Gandia para poder presentar este proyecto que tiene prevista su finalización para 2010.


-¿Resulta muy cara la construcción de un edificio de autor?
-La buena arquitectura no debe costar más que la mala.

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