La Belle Époque en Europa
Después de la Guerra Franco Prusiana (Napoleón III de Francia), Europa vivió un período de paz que favoreció los avances técnicos, sociales y económicos, particularmente en Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Austria-Hungría.
En toda Europa, la mano de obra se organizó en sindicatos o en partidos políticos: en este período aparecen los
La gente de esta época era muy optimista y ambiciosa respecto al porvenir, gracias a las innovaciones tecnológicas. El positivismo (el defensor de la fe en la ciencia) y el cientifismo (que proclama que la ciencia lo explica todo) hicieron su aparición. La Belle Époque se hizo notar sobre todo en los boulevards de las capitales europeas, en los cafés y los cabarets, en los talleres y galerías de arte, en las salas de conciertos y en los salones frecuentados por una burguesía y unas clases medias que sacaban provecho del desarrollo económico.
Las exposiciones universales parisinas de 1889 y de 1900 son los símbolos de la Belle Époque.
Además, aparecieron las tres corrientes pictóricas que marcarían el siglo XX: el impresionismo, el fauvismo y el cubismo, también se desarrolló el modernismo.
La música, reflejó un momento de esplendor con las operas de Richard Wagner y
El período llegó a su fin con el estallido de la guerra. Los inventos maravillosos del desarrollo tecnológico perdieron su imagen mágica cuando fueron utilizados para matar. [[Algunos historiadores señalan como el final de la Belle Époque el naufragio del Titanic, en 1912, percibido como el comienzo de la desconfianza de la tecnología.]]
Véase también
Fin de siècle
Es el término acuñado por los franceses y que significa época bella esto hizo que las principales sociedades europeas vieran el estilo de ida frances como el modelo a seguir By Sofia Santillan.
1 comentarios:
Ah, la belle epoque, el punto álgido del eclecticismo y también de las intenciones de renovar el clasicismo desde el propio clasicismo. Sin embargo, la gran guerra lo cambió todo.
Siempre me he preguntado qué hubiera pasado si todo eso no hubiera ocurrido. La idea de la presencia en el siglo XXI del Imperio Austo-Húngaro se me hace tan exótica y romántica...
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