Hay que recordar que este edificio es el tercer sitio más visitado de París. De esta manera, en el barrio que rodea al centro de arte hay una mezcla entre turistas y gente joven “canalla” y desinhibida. También viven “yupis”, ejecutivos agresivos que viven en carísimos apartamentos. Jean Baudrillard escribió el libro “L’effect Beaubourg” en 1977. En él habla de lo que supone la construcción del Pompidou para el barrio en que se encuentra, una zona deprimida antes de la existencia de este centro de arte. Baudrillard dice en su libro que el arte del siglo XX es trasgresor, secreto y que quiere cambiar la sociedad. También apunta que el previsto mal uso del Centro Pompidou es una expresión del odio que genera ese arte contemporáneo y misterioso.
Estructura
El edificio tiene en cada uno de los forjados trece huecos limitados por catorce vigas vierendel paralelas. Estas piezas son de un enorme tamaño y son prefabricadas, por lo que hubo que hacer un gran despliegue logístico para llevarlas al solar de construcción. Las vigas son visibles en las fachadas laterales (la norte y la sur). Las vigas de diferentes plantas se unen entre sí con tensores. Los pilares del Pompidou son metálicos con sección redonda. Hay una estructura inventada en este edificio conocida por el nombre de Gerberette. Son unas piezas metálicas horizontales ancladas a los pilares por uno de los extremos a modo de voladizos. Tienen una sección curva y su función es sujetar las estructuras metálicas que sobresalen de las fachadas oeste y este. Su inventor es el ingeniero alemán Gerberett, y se diseñaron para ampliar la superficie de los puentes. De esta manera, se observa que toda la estructura del Pompidou es metálica, incumpliendo aparentemente la normativa parisina contra incendios. Sin embargo, esta legislación es respetada ya que los pilares están refrigerados por agua que hay en el interior de cada uno de ellos.
En las fachadas oeste y este hay “Cruces de San Andrés”, unos tensores cruzados perpendicularmente entre sí, e inclinados aproximadamente 45º respecto del suelo, colocados en cada cuadrado formado por las barras horizontales y verticales que hay en el exterior de estas fachadas. Estos tensores son sorprendentemente finos y tienen mucha seguridad, es decir, que para que la estructura que conforman fracasase habría que cortar bastantes de estos tensores. Para rematar la “maraña” de barras y estructuras” que hay en las fachadas, en la que da a la plaza se suma la estructura que sujeta la escalera exterior. Hay barras y tubos de las fachadas que no tienen función estructural, y su único acometido es contribuir en el caos visual que dificulta la comprensión del espacio. Detrás de este conjunto de barras y tubos están las fachadas propiamente dichas. Tienen un acristalamiento continuo, dividido en módulos rectangulares y con carpintería metálica ortogonal
Instalaciones
En las fachadas oeste y este hay “Cruces de San Andrés”, unos tensores cruzados perpendicularmente entre sí, e inclinados aproximadamente 45º respecto del suelo, colocados en cada cuadrado formado por las barras horizontales y verticales que hay en el exterior de estas fachadas. Estos tensores son sorprendentemente finos y tienen mucha seguridad, es decir, que para que la estructura que conforman fracasase habría que cortar bastantes de estos tensores. Para rematar la “maraña” de barras y estructuras” que hay en las fachadas, en la que da a la plaza se suma la estructura que sujeta la escalera exterior. Hay barras y tubos de las fachadas que no tienen función estructural, y su único acometido es contribuir en el caos visual que dificulta la comprensión del espacio. Detrás de este conjunto de barras y tubos están las fachadas propiamente dichas. Tienen un acristalamiento continuo, dividido en módulos rectangulares y con carpintería metálica ortogonal
Instalaciones
En el centro de la fachada de servicio (la fachada este, la opuesta a la plaza) hay una torre con tres ascensores exteriores, y en la fachada de la plaza (la fachada oeste) hay una escalera exterior que cruza el edificio de izquierda a derecha (según se mira desde la plaza), que está dentro de un tubo transparente y está dividida por tramos. Es esta fachada la única que es mediática, es decir, que en ella se fijan carteles de gran tamaño con fines comerciales. El Pompidou tenía tres plantas subterráneas usadas como aparcamientos, pero después de la restauración de 1997 pasó a tener dos. El Pompidou tiene un total de siete plantas situadas sobre el nivel del suelo. La planta es rectangular, siendo los lados más largos los correspondientes a la fachada de la plaza y la de servicio. En la última planta hay un famoso restaurante de comida de fusión. Tiene un patio situado en la esquina superior derecha (según se mira al edificio desde la plaza). A esta terraza se accede por la escalera exterior de la fachada de la plaza. Dentro del restaurante hay piezas “Gehriescas” de clara influencia deconstructivista que no guardan relación con el estilo del Pompidou. Estas esculturas fueron diseñadas por una pareja de arquitectos y colocadas en la reforma de 1997.
Las instalaciones y estructuras del edificio tienen una serie de colores que sirven de código para que el visitante sepa la función que tiene cada elemento. Las piezas pintadas de rojo cumplen con la función de comunicación (ascensores y escaleras), el azul es la climatización, el verde las instalaciones del agua (fontanería, desagües,…), el amarillo es la electricidad, y el blanco las tomas y extracciones de aire. La escalera exterior de la fachada de la plaza tiene sus forjados inclinados pintados de rojo. Las escaleras, que son mecánicas, están recubiertas por un tubo de sección circular transparente. Están divididas en varios tiros, y entre cada tramo hay una zona llana que comunica con una planta. Dentro del tubo hay muchos elementos tecnológicos para dificultar la percepción espacial.
En la fachada este hay muchos tubos de servicio, cada uno con el color correspondiente a su función. La gran cantidad de barras estructurales y tubos crean “cinco capas de tecnología”. Aunque la disposición de los tubos de esta fachada no guarda ningún orden aparente, se puede observar que los tubos azules están pareados, sin embargo llama la atención la existencia de elementos horizontales que sobresalen de la fachada frente a los verticales. En la fachada sur hay soportales que protegen de la lluvia a los transeúntes.
Las instalaciones y estructuras del edificio tienen una serie de colores que sirven de código para que el visitante sepa la función que tiene cada elemento. Las piezas pintadas de rojo cumplen con la función de comunicación (ascensores y escaleras), el azul es la climatización, el verde las instalaciones del agua (fontanería, desagües,…), el amarillo es la electricidad, y el blanco las tomas y extracciones de aire. La escalera exterior de la fachada de la plaza tiene sus forjados inclinados pintados de rojo. Las escaleras, que son mecánicas, están recubiertas por un tubo de sección circular transparente. Están divididas en varios tiros, y entre cada tramo hay una zona llana que comunica con una planta. Dentro del tubo hay muchos elementos tecnológicos para dificultar la percepción espacial.
En la fachada este hay muchos tubos de servicio, cada uno con el color correspondiente a su función. La gran cantidad de barras estructurales y tubos crean “cinco capas de tecnología”. Aunque la disposición de los tubos de esta fachada no guarda ningún orden aparente, se puede observar que los tubos azules están pareados, sin embargo llama la atención la existencia de elementos horizontales que sobresalen de la fachada frente a los verticales. En la fachada sur hay soportales que protegen de la lluvia a los transeúntes.
1 comentarios:
un placer visitar blogs tan trabajados e interesantes sobre la pasion sobre arquitectura¡¡desde coruña un placer el poder visitarte, un beso
Publicar un comentario