jueves, 5 de junio de 2008

Museo de crecimiento ilimitado


http://recerca.upc.edu/historiaenobres/castella/ficha.php?id=250

El des-orden natural


El tercer punto de vista implica que la naturaleza es sin embargo adoptada en el diseño en un nivel más profundo, como un sistema de influencias más elaborado que se inicia en parte desde la pintura purista, o desde la pintura y el dibujo en general como lo aprendió en La Chaux-de-Fonds. Ya comentaba su maestro L'Eplatenier: "la creación natural revela un orden espiritual que uno debería intentar emular en el diseño13". El contraste de línea recta y forma curva, entre forma natural y geométrica, el doble camino que Worringer establecía entre abstracción y forma natural se muestra a lo largo de toda la obra de Le Corbusier como dos tendencias complementarias; a la vez se explicita la alabanza por el hieratismo y la abstracción egipcia pero se adopta la forma curva como necesaria: la búsqueda de un equilibrio que él resuelve apelando a un factor n de naturaleza, cuyo valor ha de estar perfectamente calculado entre la geometría pura y la descomposición impresionista en puro movimiento, cambio y fugacidad14. Esto que primeramente se manifestará en sus cuadros puristas, será patente en toda su obra plástica,



Le Corbusier,
croquis para Museo, 1931.
donde ese factor n va variando desde la máxima abstracción de algunos dibujos primeros convertidos casi en representaciones a línea de mecanismos ingenieriles hasta los dibujos de toros o conchas posteriores.
La lógica cartesiana de la razón se encuentra también en la naturaleza, que no es la fuerza primigenia aaltiana, sino, lo hemos visto, una máquina complejísima; la respuesta de la razón está en la geometría del ángulo recto. Una síntesis: el modulor, "Arquitectura como un microcosmos de leyes naturales gobernado por las matemáticas15". Si observamos cualquier fotografía de un edificio de Le Corbusier se pueden siempre identificar, rápidamente, formas curvas y cúbicas, juntas, contrastando ya desde las primeras obras, como por ejemplo la "garita" de la Villa Cook (1926)16. Lo regular, ortogonal, preciso frente a lo sinuoso, ondulante que procede de lo impulsivo. Instinto y Razón se enfrentan articulando los polos opuestos; la lógica apolínea, clasicista frente a lo informe se representaran explícitamente en el Poème de l'angle droit (1955)17. Por tanto frente al modelo de la tradición japonesa o Aalto, la forma curva, lo sinuoso no es tanto imitación de lo natural sino que se convierte en representación racional de lo irracional. También Le Corbusier estuvo muy interesado en el trabajo de D'arcy Thompson, véase el museo de crecimiento ilimitado, o los croquis para Ronchamp, las conchas enroscadas y los cascos de barco, las esculturas con Savina, y ese cambio desde lo mecanomorfo de sus villas puristas hacia modelos biomorfos, como ya aparecen en los huesos de los pilotis del Pabellón suizo en París en 1930. En su obra pictórica generará todo un vocabulario de formas, a medio camino de lo natural que inclinarán la balanza cada vez más del lado orgánico. Pues en última instancia es el hombre el que provee de los modelos aplicables a la naturaleza, los flujos de circulación de una ciudad son como el sistema linfático y circulatorio humano, la estructura de un edificio se asemeja el la estructura ósea, al hombre se abre la mano abierta, signo, mito y símbolo. Orden geométrico y des-orden natural, que no es sino otro tipo de orden, coexisten en condiciones de igualdad. Nuestra visión del cosmos puede ser matemática, es decir, organizada en torno a ángulo recto, que queda investido de consideraciones casi místicas. No obstante también somos capaces de reconocer, de alguna manera necesitar ese otro segundo orden que se enrosca como una blanda excrecencia y que desordena, por tanto acerca a la realidad, al espacio perceptivo del hombre el mundo como totalidad; suma pues de razón y pasión el Poema del ángulo recto dará cumplida expresión a esta intensa tensión que afecta y como semilla genera el mundo como lo vemos.



Le Corbusier, La mano abierta, 1952.
Siempre signficado el hombre en su centro, en su lugar privilegiado, objeto de nuestro estudio y de nuestros desvelos también. Y este hombre que piensa, al que el modulor se ha de ajustar como un guante, situado en el centro es el usuario, el receptor final de la arquitectura. Por tanto será muy importante para Le Corbusier también lo afectivo y lo perceptivo, el necesario implicarse del espectador con sus sueños, deseos, miedos así como con sus capacidades sensoriales: ya en Vers une Architecture, comenta cómo "el hombre ve las cosas de la arquitectura con ojos que están a un metro setenta del suelo" pues además "nuestros ojos están hechos para ver las formas bajo la luz: las sombras y los claros revelan las formas." Su base un empirismo que aspira a contemplar la razón detrás de la sensación, los objetos puros y las formas perfectas que nos hablan del número, la sensación como un invariante universal para todos los hombres. El ser humano domina sus construcciones, y por tanto han de responder a unas necesidades codificadas. Los prismas y volúmenes que se manifiestan al interior no tienen la función única de producir una satisfacción arquitectónica, sino que están pensados para ser usados, consumidos. De ahí: "La casa es un herramienta: un asunto puramente técnico. Pero hay siempre un sentimiento, a veces dominante, que demanda una atención muy especial: integrar la casa a uno mismo, hacerla decir 'existo,' hacerla irradiar. Manifestación del ego sensible: arquitectura. Es en este tránsito de un objetivo a otro, de la función ser (un) útil a la función irradiar, el lugar en que la arquitectura se halla situada18".
Entre sus últimas palabras, estas que encontramos casi al final de Mise au point resumen su eficaz compromiso con el hombre y la naturaleza: "Il faut retrouver l'homme. Il faut retrouver la ligne droite épousant l'axe des lois fondamentales: biologie, nature, cosmos. Ligne droite infléchissable comme l'horizon de la mer19". El inflexible eje cartesiano resume el significado de vertical y horizontal, vida y muerte, como el horizonte del mar.

José Vela Castillo
Arquitecto ETSAM, 1992 y doctor arquitecto ETSAM, 2000

http://www.caatlleida.com/bic/anterior/94/arquitectura.htm
laberintos.torredeviento.com/.dirsys/showtn.php

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