martes, 20 de mayo de 2008

Lucien Freud: la intensa historia del artista vivo más caro de la historia

Nieto de Sigmund Freud, cuando era niño su familia huyó de la Alemania nazi. Pintó a la reina Isabel.
No son cuerpos bellos; ni rostros hermosos. No al menos en el sentido tradicional. Son perturbadores. Abruman. Y hacen pensar en el ser humano desprotegido, como un cúmulo de carne viva que se pliega. Esas son las figuras que pueblan la obra de Lucien Freud.
Sí, es nieto de Sigmund Freud. Y, desde el martes, el artista vivo más caro de la historia. Su cuadro "Benefits supervisor sleeping", de 1995, se vendió la semana pasada en 33,6 millones de dólares. Hasta ahora, la suma más alta pagada por la obra de un artista en vida era 23,4 millones de dólares y había sido alcanzada por un cuadro del norteamericano Jeff Koons subastado por Sotheby's a fines de 2007.
Freud nació en Berlín, en 1922. Con once años conoció el exilio. Huyendo del régimen nazi, su familia, los Freud, llegaron a Inglaterra. A los 17, se nacionalizó como británico. La educación formal siempre le fue difícil de tolerar y en 1941 se alistó en la Marina de Guerra. La aventura fue breve. Algunos dicen que sufrió un accidente y tras sólo meses de servicio se dedicó entonces a la pintura. Otros aseguran que no resistió la convivencia con sus compañeros, que la proximidad continua con varias personas se le volvió insostenible. Hacia 1947 conoció a Francis Bacon, con quien compartiría la amistad y esa inclinación por pintar el cuerpo de maneras no complacientes.
Patrocinado por un marchand privado iraní, Freud fácilmente llamó la atención en los círculos artísticos. Ya por los 50, su obra ganó reconocimiento. En 1954, en la Bienal de Venecia, se presentaban tres artistas jóvenes: Ben Nicholson, Francis Bacon y Lucien Freud. Por esa época ya realizaba los desnudos y retratos que le darían su marca distintiva. Hay algo que se repite en su obra: la escena de un cuerpo vestido junto a uno desnudo. La carne así se ve más expuesta. Sus pinceladas cargadas plasman rostros que parecen advertir que la vida no es armoniosa, que a menudo se aleja de aquello deseado. Esos rasgos fueron destacándose en su pintura. No sólo fama y prestigio ganó a lo largo de su carrera. Sus trabajos fueron aumentando de valor. Valorado por el público en general, Freud es también un "pintor de pintores", ya que sus pares lo consideran una eminencia. Así, en cada remate, sus pinturas y sus grabados fueron cotizando más y más.

La suma en la que se vendió "Benefits Supervisor Sleeping" era ya un récord esperado. Como todo artista con genio suficiente, Freud tiene varias obsesiones que sirven para matizarlo como personaje. Desde hace décadas pinta parado. Hacerlo sentado le daba dolores de cabeza, dada la intensa concentración que requería su modo de trabajo. También, se sabe, no trabaja con modelos profesionales: dice que usan una segunda piel para posar y eso no le sirve. Sus obras, entonces, se basan en los cuerpos de sus amigos. Posar para él requiere comprometerse durante largas jornadas, y durante días, o meses, según el tiempo que él considere que requiere su obra. Dos cuadros, por nombrar algunos, levantaron polvareda en el mundo de las artes. Uno fue el retrato de la reina Isabel II. Lejos de una imagen de grandeza, la Reina aparece como una anciana común y corriente. La opinión pública británica respondió escandalizada, pero la obra figura en la colección privada de Isabel II.






El pintor sorprendido por una admiradora desnuda es un autorretrato que también generó polémica. En él, una joven se aferra, tirada en el suelo, a las piernas de Freud. Sobre ello, el diario británico The Independent ha dicho: "Dada la fama del artista de ser un tanto libertino en lo que a su relación con las mujeres -especialmente si son jóvenes- se refiere, el cuadro va a provocar una frenética búsqueda de la identidad de la modelo." Una historia personal intensa, una obra que genera controversia, una familia que lleva un apellido clave: todos esos elementos conviven bajo el nombre del artista vivo que rompió el récord del mercado.

3 comentarios:

me gusta, ya conocía algún cuadro suyo, y lo anoté en la cabeza ("el hermano de freud", son de esas etiquetas que se recuerdan fácil). desnudos crudos, directos. expresionismo. me encanta!

Por cierto,¿por qué "La habitación roja"?

la habitación roja viene del libro de Jane Eyre. La niña la castigaban en "la habitación roja" cuando se portaba mal. El único familiar que la quería, su tio, al morirse la dejaron toda la noche allí metida y la pobre niña pasó mucho miedo. Al pedirme la gente del foro que diese título a mi sección del blog fué lo "más arquitectónico que se me ocurrió.

En realidad es como decir la habitación del pánico o algo así. La niña pasaba mucho miedo en esa habitación. El libro es muy chulo y te lo recomiendo