Tendencias de la segunda mitad del Siglo XX

El expresionismo abstracto es el primer movimiento que se desarrolla tras la Segunda Guerra Mundial. Parte del surrealismo y se caracteriza por añadir a esta influencia elementos tomados de la filosofía oriental; la mancha y la autoexpresión sobre el lienzo sin control racional son sus caminos de expresión. De Kooning y Pollock serán los máximos representantes del movimiento que en Europa también se denominará informalismo.
Como reacción contra la subjetividad que caracterizaba las obras de la década precedente, surge en 1960 la abstracción postpictórica, que pretende ser un arte aun más abstracto, eliminando las implicaciones emocionales. Mark Rothko es el máximo representante de esta tendencia.
A mediados de la década de 1960 aparece el minimal art, movimiento que pretende reducir los lenguajes artísticos a estructuras geométricas mínimas, empleando materiales industriales.
El pop art supone el regreso a escena de la figuración. Tuvo su origen en Londres durante la década de los cincuenta, marcándose como objetivo la revisión de la cultura de masas, para lo que toma irónicamente elementos procedentes de la publicidad, el cine o la emergente televisión. Roy Lichtenstein se interesó por el cómic mientras que Andy Warhol, el máximo representante de esta tendencia, trasladó a sus grandes lienzos los objetos o los personajes más populares de la sociedad de su tiempo.
Del pop art derivaría el hiperrealismo de los años setenta, interesándose estos artistas por imágenes fotográficas o reproducciones en tres dimensiones donde se capta el más mínimo detalle.
A finales de la década de 1970 surge el arte povera, tendencia que agrupaba a los creadores que utilizaban materiales de desecho con escaso grado de elaboración formal.
Algunos artistas de la década de los setenta se interesaron por intervenir directamente en el paisaje, surgiendo el land art, trabajos efímeros en los que intervienen los agentes atmosféricos. Christo, con sus empaquetamientos de edificios, es el artista más significativo de esta tendencia.
Con el arte conceptual nos encontramos ante una compleja corriente donde prima la idea ante la realización de ésta, acercándose estos trabajos en ocasiones a la composición musical.
El deseo de unir arte y vida llevará a algunos creadores al happening, definido por Allan Kaprow como "un ambiente exaltado en el cual el movimiento y la actividad son intensificados durante un cierto tiempo y donde un grupo de personas se juntan para realizar una acción dramática".
Con el nombre de performance se denominan diferentes formas de acción artística en las que tiene una importancia relevante la presencia directa del artista, quien considera su cuerpo como un instrumento para el desarrollo de la obra, enlazando con el body art, tendencia en la que el artista no duda en lesionar su cuerpo para experimentar nuevas sensaciones.