domingo, 18 de mayo de 2008

Ya hay arquitectura de 'gominola'

Nacido en el año de las flores, la pequeña revolución de Juan Antonio Rodríguez (Madrid, 1968) ha sido agarrar la arquitectura y convertirla en un objeto de decoración en sí mismo. En vez de pinturas, vuelca sobre lienzos los planos y esqueletos de un edificio, hasta convertir esos dibujos técnicos hechos para entendidos, en un puzzle que distrae a cualquiera. Sus obras estarán hasta final de mes en el Colegio de Arquitectos (Marqués de Gastañaga, 3). De ellas dice que son «autopsias de edificios». Lo cierto es que la arquitectura está tan en auge que ya tiene hasta destripador con público.

-¿Por qué este 'boom'?


-La arquitectura se ha convertido en un elemento mediático importante para publicitar ciudades, pero también a políticos. Los gobiernos se distinguen por querer dejar huella. Si a eso le sumas el cambio que la arquitectura le ha dado a algunas ciudades, como Bilbao con el Guggenheim o Valencia con la Ciudad de las Artes, lo tienes todo.

-¿Y cómo juzga Oviedo un arquitecto madrileño?

-Intento no llevarme esa visión profesional cuando viajo e ir con los ojos de persona, pero me parece una ciudad muy bonita que está cogiendo ritmo ahora mismo, como lo hizo Barcelona con las Olimpiadas y Bilbao y Valencia, como ya dije antes.

-¿El palacio de Calatrava es un monstruo o una genialidad?

-Es un edificio que está fuera de escala, pero será el paso del tiempo el que lo juzgue. También el Guggenheim tenía sus detractores cuando lo hicieron.

-¿Ése es el camino que sigue la arquitectura?

-Bueno, hoy en día hay mucha arquitectura resultado de las nuevas herramientas. El ordenador permite ya una nueva arquitectura de 'gominola', con formas muy atractivas que después a lo mejor no funcionan.

-Y a usted, ¿qué edificio le hubiera gustado diseñar?

-Me parece mágico el Castelar, en Madrid, que lo hizo Rafael de la Hoz (padre). Tiene varias cosas especiales: es un gran cubo de cristal que parece que flota, fue el primero que se hizo en España con la famosa doble piel de vidrio. No es el edificio más grande ni el más alto, pero sí uno de los más delicados.

0 comentarios: